Los Cientocuatro Años de Don EstuardoNúñez: El Testigo de Un Siglo (Primera Entrega)
Estuardo Núñez Hague
(Chorrillos, 5 de Setiembre de 1908)
El maestro nos recibió de pie, en su casa de Barranco. Próximo a cumplir cien años de vida, Estuardo Núñez Hague acaba de ganar el Premio Southern Perú 2007 y Medalla José de la Riva-Agüero y Osma a la creatividad humana. La distinción, que otorgan la Universidad Católica del Perú y la Southern Perú, considera que es "en mérito a su destacada trayectoria profesional y a su calidad inmensa de pionero de la investigación literaria y de nuestro patrimonio cultural y su difusión a nivel internacional". Nada más justo para quien ha dedicado toda su vida y todo su saber en favor de la cultura peruana, ya sea desde su aporte como intelectual, sus estudios literarios, o como maestro en la universidad peruana o como funcionario público, cuando fue director de la Biblioteca Nacional.
UNA VIDA EJEMPLAR
Estuardo Núñez nació en Chorrillos el 5 de setiembre de 1908. Estudia en el Colegio Alemán y formará parte de una promoción realmente histórica. Junto con él estudiaron los poetas Emilio Adolfo Westphalen, Xavier Abril y Martín Adán. También el pintor Ricardo Grau. No en su aula, pero sí en el mismo colegio, estudiaban también el filósofo Luis Felipe Alarco, el jurista Andrés Aramburú Menchaca, el educador Carlos Cueto Fernandini, el historiador Eugenio Alarco, entre otras figuras de la cultura peruana.
En su casa, rodeado de libros, el patriarca de las letras peruanas recuerda que su vocación literaria "no llegó", sino que de a pocos la fue cultivando. Pues en el Colegio Alemán tuvo notables maestros, muchos de ellos alemanes que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial y que le exigían a leer a los grandes filósofos y escritores en su lengua original.
– ¿Cómo recuerda a José Carlos Mariátegui?
–Era una personalidad descollante. Era un hombre de pocos años de vida, pero se había distinguido como un periodista de gran calidad. Le gustaba vincularse con la gente joven, confrontar, apreciar las cosas con un criterio nuevo, muy personal que él tenía.
–Mariátegui era socialista, ¿no llevaba agua para sus molinos?–Mariátegui no era sectario, era muy amplio. Sí, era un hombre de ideas, pero de ideas que tenían un fin para cambiar las condiciones de la sociedad en que vivíamos.
Estuardo Núñez conoció a Mariátegui después de que ingresó a San Marcos. La experiencia sanmarquina para el maestro fue intensa, sobre todo porque participó en la reforma universitaria, que terminó, primero, cerrando la universidad y, segundo, él aparecer en una lista negra (que dejó de estarlo cuando Luis Alberto Sánchez asumió su primer rectorado de San Marcos, en 1946).
–Usted conoció a Eguren. ¿Tenía esa figura chaplinesca?
–No creo. De chaplinesco no tenía nada. Era un hombre de conformación precisa de lo que solía ser un hombre público. Era un hombre que participaba de las nuevas ideas, pero un tanto superficialmente, porque desde el punto de vista ideológico, era un soñador. Sí, era un hombre que participaba en las nuevas ideas, pero en el fondo era un conservador, muy ligado a contemplar las cosas desde un punto de vista muy personal. (Entrevista de Pedro Escribano)
Estuardo Núñez nació en Chorrillos el 5 de setiembre de 1908. Estudia en el Colegio Alemán y formará parte de una promoción realmente histórica. Junto con él estudiaron los poetas Emilio Adolfo Westphalen, Xavier Abril y Martín Adán. También el pintor Ricardo Grau. No en su aula, pero sí en el mismo colegio, estudiaban también el filósofo Luis Felipe Alarco, el jurista Andrés Aramburú Menchaca, el educador Carlos Cueto Fernandini, el historiador Eugenio Alarco, entre otras figuras de la cultura peruana.
En su casa, rodeado de libros, el patriarca de las letras peruanas recuerda que su vocación literaria "no llegó", sino que de a pocos la fue cultivando. Pues en el Colegio Alemán tuvo notables maestros, muchos de ellos alemanes que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial y que le exigían a leer a los grandes filósofos y escritores en su lengua original.
– ¿Cómo recuerda a José Carlos Mariátegui?
–Era una personalidad descollante. Era un hombre de pocos años de vida, pero se había distinguido como un periodista de gran calidad. Le gustaba vincularse con la gente joven, confrontar, apreciar las cosas con un criterio nuevo, muy personal que él tenía.
–Mariátegui era socialista, ¿no llevaba agua para sus molinos?–Mariátegui no era sectario, era muy amplio. Sí, era un hombre de ideas, pero de ideas que tenían un fin para cambiar las condiciones de la sociedad en que vivíamos.
Estuardo Núñez conoció a Mariátegui después de que ingresó a San Marcos. La experiencia sanmarquina para el maestro fue intensa, sobre todo porque participó en la reforma universitaria, que terminó, primero, cerrando la universidad y, segundo, él aparecer en una lista negra (que dejó de estarlo cuando Luis Alberto Sánchez asumió su primer rectorado de San Marcos, en 1946).
–Usted conoció a Eguren. ¿Tenía esa figura chaplinesca?
–No creo. De chaplinesco no tenía nada. Era un hombre de conformación precisa de lo que solía ser un hombre público. Era un hombre que participaba de las nuevas ideas, pero un tanto superficialmente, porque desde el punto de vista ideológico, era un soñador. Sí, era un hombre que participaba en las nuevas ideas, pero en el fondo era un conservador, muy ligado a contemplar las cosas desde un punto de vista muy personal. (Entrevista de Pedro Escribano)
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Conversando con el
Maestro Estuardo Nuñez
CATHEDRA – ESPÍRITU DEL DERECHO
Maestro Estuardo Nuñez
CATHEDRA – ESPÍRITU DEL DERECHO
Año 2 - Vol 2, Nº 3 - Mayo 1998
UNMSM - Facultad de Derecho
y Ciencia Política
–Usted es integrante de un grupo de intelectuales que coincidentemente estudiaron en el mismo colegio: el Colegio Alemán. Ese hecho permite pensar que el colegio ejerció decisiva influencia en la formación humanística de todos ustedes. ¿Cómo era la educación que recibieron en el Colegio Alemán?
Yo cursé mis estudios en el Colegio Alemán de Lima entre los años 1918 y 1926, en mi aula tuve como compañeros a Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen, Xavier Abril (que resultaron grandes poetas) y Ricardo Grau (un pintor muy reconocido). En el colegio - aunque no en mi misma aula - estudiaban también Luis Felipe Alarco (filósofo), Andrés Aramburú Menchaca (jurista), Gabriel Tizón (arquitecto) Carlos Cueto Fernandini (educador), y además Eugenio Alarco (historiador) y Federico Mould Távara (elegante cronista y fino escritor).
En este colegio dominaban circunstancias especiales, teníamos muy buenos profesores, tanto peruanos como alemanes, estos últimos actuaban como profesores de secundaria, pero tenían categoría universitaria; por una razón: era la época posterior a la Primera Guerra Mundial, cuando muchas universidades alemanas cerraron a causa de la inflación y se produjo la desocupación de maestros. Aquellos profesores no podían dedicarse a otra cosa porque eso siempre habían hecho: enseñar, así que averiguaban y al saber que había vacantes (en un colegio ubicado en el Perú), venían a ocupar la plaza. Esa fue la razón por la que tuvimos profesores de alta categoría, que vinieron, permanecieron unos años y después volvieron a Alemania. Nuestra educación humanística por eso fue muy buena, pues nos hacían leer a los clásicos alemanes e ingleses, en el idioma original, de tal modo que antes de terminar la secundaria ya habíamos leído a Goethe, Schiller, Uhland, Lessing y Shakespeare. (Continúa en archivo adjunto)
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«Durante catorce años
me tuvieron fuera de la Universidad»
Entrevista al Dr. Estuardo Núñez Hague
Por Oswaldo Salaverry García
y Sandro Chiri Jaime
y Sandro Chiri Jaime
ALMA MATER
Nº 16, 1999
(...) Yo he sido desterrado de la Universidad desde el año 32, fecha en que se clausuró San Marcos, hasta el año 46, o sea durante catorce años me tuvieron fuera. Teóricamente, yo debí ingresar a la docencia el año 32, pero vino todo aquello vinculado a la clausura. El año 37, me acuerdo, el Dr. Horacio Urteaga propuso mi nombre para el ejercicio de la docencia, pero su propuesta no fue aceptada por razones varias y que a la luz de los años las interpreto como una suerte de lucha generacional, lo cierto es que me dejaron totalmente al margen. De manera que yo estuve prácticamente desterrado de la Universidad como si fuera de otro país. Fue un mérito de Sánchez, repito, el hecho de llamar a gente nueva a trabajar por la Universidad, tal el caso también de José Jiménez Borja. La muerte intempestiva en un accidente aéreo del Dr. Luis Favio Xammar originó que yo ocupase la cátedra vacante de Literatura Universal. Cuando el año 48, el profesor Alcides Spelucín, que era líder aprista, se alejó de la vida universitaria dejando el curso de Literatura General, se me encomendó su dictado. De esta manera tenía ya dos cátedras y eso alzó mi puntaje dentro de la Facultad de Letras. Me propuse entonces transformar los cursos y abrir otras expectativas para los estudios literarios, como por ejemplo el estudio de las traducciones literarias, el estudio de la literatura comparada, la teoría literaria, esas cosas que nunca se habían dictado en San Marcos y que se dictaban en otras universidades del mundo. (Continúa en archivo adjunto)
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"Paseos en Londres" - Flora Tristán
Estudio Preliminar de Estuardo Núñez
(...) Paseos en Londres no circuló en América ni menos en el Perú no obstante sus cuatro ediciones. Contiene una imagen del mundo europeo escrito por un alma inquieta, apostólicamente entregada a la obra de redención de los desvalidos. El libro se difunde sobre todo en Francia y es a la vez que relato de viaje, testimonio crítico de una sociedad europea que nunca antes recibió una admonición y censura semejantes por parte de un escritor latinoamericano.
Complementariamente, otras obras suyas (como la L'union ouvriére, Paris, 1843, obra de propaganda y ataque social, y Mephis, ou le prolétaire, novela de impacto sobre las masas explotadas) han enfocado también la crítica de la organización social francesa, pero en ninguna se aguza tanto el sentido crítico social y la denuncia como en Paseos en Londres.
Esta escritora romántica -a la cual no se hace figurar en las historias literarias peruanas o latinoamericanas ni por su novela ni por sus libros de impresiones de viaje- ofreció una versión distinta del mundo europeo. Los románticos conocidos y transitados sólo dieron la versión de la vida oficial, del acontecer banal, de las figuras cumbres o de lo pintoresco y anecdótico. Pero Flora Tristán romántica templada en la lucha social ofreció el anverso de esa imagen: la vida del pueblo pobre, las condiciones lamentables del trabajador, la explotación social, la prostitución, el inhumano trato de la mujer y el niño, la indiferencia de los poderosos frente a las condiciones de injusticia. Era un libro de protesta social nada usual en una sociedad de poderosos y conformistas de un lado, y de humillados y ofendidos de otro, ni frecuente en época tan temprana como la Francia de la Restauración, la Inglaterra victoriana o la Alemania pre-bismarckiana. (Continúa en archivo adjunto)
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Aporte para una
Etiquetas: Estuardo Núñez
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