viernes, 22 de junio de 2012

Giuseppe Mazzini: Profeta y Apóstol de la Unidad Italiana - Primera Parte


Giuseppe Mazzini:
 Profeta y Apóstol de la Unidad Italiana
- Primera Parte -
 Mazzini, Triunviro de la República Romana de 1849.
Giuseppe Mazzini
(Génova, 22 de junio de 1805 –
Pisa, 10 de marzo de 1872)
«Mi obra no es de escritor, es misión
severa y franca de apostolado.»
Giuseppe Mazzini
.

«No sólo somos conspiradores sino
también creyentes: aspiramos
a ser no sólo revolucionarios
sino también, en todo lo que existe
en nosotros, regeneradores.
Nuestro problema es, ante todo,
un problema de educación nacional:
las armas y la insurrección no son
más que medios, sin los cuales,
dadas nuestras condiciones,
es imposible resolverlo,
pero nosotros no invocamos
las bayonetas sino en cuanto
ellas llevan en su punta una idea.
Poco importaría destruir si no
tuviéramos esperanza de fundar
algo mejor; de poco serviría escribir
deberes y derechos sobre un trozo
de papel si no intentáramos
grabarlos en las almas.»
Giuseppe Mazzini.


«Nietszche, entre todas las vidas bellas,
envidiaba especialmente la de Mazzini:
aquella concentración absoluta en una
sola idea que vino a ser, por decir así,
una llama, en la cual se consumía toda
la individualidad. El poeta se liberta
de la potencia de acción, que hay en él,
encarnándola en sus personajes:
transporta la acción y el sufrimiento
fuera de sí mismo. Mazzini,
por el contrario, se objetivaba
en su vida misma, que era
el mecanismo de acción,
siempre dispuesto,
de la más activa personalidad.
Él era el personaje trágico
que acepta el dolor más cruel
para cumplir el acto ideal»
Malwida von Meysenburg.

«Junto con Saint-Simon, con Fourrier,
con Leroux, con Pequer y con los
otros humanitaristas de la primera
mitad del siglo XIX, a Mazzini debe
contársele entre los precursores
                                                                                                                 del socialismo moderno.»                       
Gaetano Salvemini.
A los quince años ingresó a la Universidad, donde estudió literatura, filosofía y derecho. En el seno de su familia sufrió la influencia religiosa jansenista; desde estudiante admiró y prefirió, entre los clásicos, a Dante; y, entre los contemporáneos, a Foscolo y Byron. En el sucesivo desarrollo, su filosofía de la historia derivó de Joseph de Maestre, Guizot, Cousin; sus ideas sobre el hombre, de Rousseau; la visión de la sociedad futura, de Saint-Simon. A los veintidós años ingreso al «Carbonarismo»; y tres años después fue denunciado y encarcelado en Savona. En aquella cárcel tuvo la primera clara intuición de su misión político-religiosa.
Durante toda su vida conspiró y preparó insurrecciones contra el gobierno piamontés, el gobierno austriaco, el Estado pontificio y el reino de Napoleón. En varias ocasiones fue sostenido por Garibaldi. Durante la guerra de la independencia italiana volvió por breves periodos a Italia. En marzo de 1849 fue triunviro de la República Romana. En 1850 fundo en Paris, con Ledru-Rollin, el Comité Democrático Europeo. En 1857 fue condenado a muerte por el gobierno piamontés, a consecuencia de una nueva tentativa de insurrección. Participo en la fundación de la primera Internacional. Después de la constitución de la unidad italiana, en 1872, volvió a entrar en Italia, y el 10 de marzo murió en Pisa.
Había sido Mazzini el profeta convencido y el apóstol más ardiente en Europa entre los años 1831 y 1849. Su vida privada se había identificado hasta tal punto con su misión política y religiosa, que el nombre de Mazzini constituía en los países más diversos un símbolo y una bandera. El inglés Carlyle, que le conoció personalmente y hasta le criticó, pudo decir: «cuando se busca un semblante para personificar el mártir en las condiciones de la vida política y social modernas, sólo se halla un rostro: el de Mazzini».
Ver archivo:

Etiquetas: