Gustavo Valcárcel: Literatura y Justicia (Primera Entrega)
Literatura y Justicia:
GUSTAVO VALCÁRCEL
(Arequipa, 17 de diciembre de 1921 –
Lima, 3 de mayo de 1992)
–Primera Entrega–
Gustavo Valcárcel, dibujo de Etna Velarde.
Para la c. Violeta Carnero Hoke Vda. de Valcárcel, con afecto, admiración y respeto. Su vida, entregada a la lucha por transformar el mundo, nos recuerda la afirmación mariateguiana: “La revolución que será para los pobres no sólo la conquista del pan, sino también la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de todas las complacencias del espíritu.” (La escena contemporánea).
Alfredo Rubio Bazán. San Borja, 17/12 /08.
Gustavo Valcárcel, Premio nacional de Poesía 1947, nació el 17 de diciembre de 1921 en Arequipa. Ingresó a San Marcos y estudió en la Facultad de Letras en 1940. Su actividad política lo llevó varias veces a prisión y vio interrumpida su vida universitaria. Desde 1948 comenzó su producción literaria. Se inició escribiendo Confín del Tiempo y de la Rosa, con el que gano los Juegos Florales Universitarios de 1947 y el Premio nacional de Poesía del mismo año.
Gustavo Valcárcel, además de un poeta y escritor destacado, fue también un activo luchador social comprometido con la causa de su pueblo. Militó originalmente en el APRA, hasta comienzos de la década de los cincuenta del siglo pasado.
Refugiado, en México se hizo comunista y estuvo muy ligado a la actividad literaria y poética en ese país, en el cual vivía también el eximio escritor español León Felipe, y fue amigo de Diego Rivera y de David Alfredo Siqueiros. Allí conoció a Ernesto “Che” Guevara.
A partir de 1956, de regreso al Perú, se incorporó plenamente al trabajo revolucionario, integrándose al Partido Comunista Peruano. Luego de dirigir “Perú Popular”, una publicación bellamente elaborada, pasó a dirigir “Unidad”, órgano del PCP, función que desempeñó varios años. Fue corresponsal de la Agencia de Prensa “Novosti” y director de su revista informativa “Panorama Internacional”.
El objetivo de su vida fue la lucha por implantar en el país un régimen social más justo y más humano, sin explotadores ni explotados. Utilizó su talento literario para esa causa, al tiempo que desarrolló sus inclinaciones artísticas influyendo decisivamente en los escritores de su tiempo.
En los últimos años de su vida, acompañado por su esposa Violeta Carnero Hoke, que lo sobrevive, afrontó enormes dificultades materiales, pero mantuvo muy en alto sus ideales y sus inquietudes revolucionarias. Con su salud quebrantada, a los 71 años, Gustavo Valcárcel Velasco, una de las más descollantes figuras de la intelectualidad peruana, falleció en Lima el 3 de mayo de 1992, dejando una estela imborrable en la cultura peruana.
Gustavo Valcárcel, Premio nacional de Poesía 1947, nació el 17 de diciembre de 1921 en Arequipa. Ingresó a San Marcos y estudió en la Facultad de Letras en 1940. Su actividad política lo llevó varias veces a prisión y vio interrumpida su vida universitaria. Desde 1948 comenzó su producción literaria. Se inició escribiendo Confín del Tiempo y de la Rosa, con el que gano los Juegos Florales Universitarios de 1947 y el Premio nacional de Poesía del mismo año.
Gustavo Valcárcel, además de un poeta y escritor destacado, fue también un activo luchador social comprometido con la causa de su pueblo. Militó originalmente en el APRA, hasta comienzos de la década de los cincuenta del siglo pasado.
Refugiado, en México se hizo comunista y estuvo muy ligado a la actividad literaria y poética en ese país, en el cual vivía también el eximio escritor español León Felipe, y fue amigo de Diego Rivera y de David Alfredo Siqueiros. Allí conoció a Ernesto “Che” Guevara.
A partir de 1956, de regreso al Perú, se incorporó plenamente al trabajo revolucionario, integrándose al Partido Comunista Peruano. Luego de dirigir “Perú Popular”, una publicación bellamente elaborada, pasó a dirigir “Unidad”, órgano del PCP, función que desempeñó varios años. Fue corresponsal de la Agencia de Prensa “Novosti” y director de su revista informativa “Panorama Internacional”.
El objetivo de su vida fue la lucha por implantar en el país un régimen social más justo y más humano, sin explotadores ni explotados. Utilizó su talento literario para esa causa, al tiempo que desarrolló sus inclinaciones artísticas influyendo decisivamente en los escritores de su tiempo.
En los últimos años de su vida, acompañado por su esposa Violeta Carnero Hoke, que lo sobrevive, afrontó enormes dificultades materiales, pero mantuvo muy en alto sus ideales y sus inquietudes revolucionarias. Con su salud quebrantada, a los 71 años, Gustavo Valcárcel Velasco, una de las más descollantes figuras de la intelectualidad peruana, falleció en Lima el 3 de mayo de 1992, dejando una estela imborrable en la cultura peruana.
Gustavo Valcárcel escribió relatos como “La Prisión”(1951), en la que narra su experiencia carcelaria; también una obra de carácter histórico “Perú: Mural de un Pueblo-Apuntes Marxistas Sobre el Perú Pre-hispánico”; y numerosos libros de poesía: “Confín del tiempo y de la rosa”(1948), “Poemas del destierro”(1956), “Cantos de amor terrestre”(1957), “El Amanecer Latente”, “Poesía revolucionaria”, “5 Poemas sin fin” (1959), “Sus Mejores Poemas” (1960), “Cuba si, yanquis no”(1961), “Pido la palabra” (1965), “Poesía extremista” (1967), “Pentagrama de Chile antifascista” (1975), “Reflejos bajo el agua del sol pálido que alumbra a los muertos” (1980), “Obra poética (1947-1987)” (1988). También publicó obras de un gran valor político como “Reportaje al futuro” en dos volúmenes, “Breve historia de la Revolución Bolchevique” y “Medio Siglo de Revolución Invencible”.
PRESENTACIÓN
Francisco Bendezú - Juan Gonzalo Rose
Francisco Bendezú - Juan Gonzalo Rose
Pese a la nombradía popular de que goza, en el Perú, Gustavo Valcárcel, consideramos que su obra no ha alcanzado una difusión pareja al eco que su sola condición de poeta y luchador concita, disparidad tanto más lamentable cuanto que trátase de un escritor cuya producción está íntimamente identificada con los más genuinos principios de transforma-ción social. No pocas son las razones que se pueden argüir para explicar el deficiente conocimiento que de la múltiple obra de Valcárcel tiene el público lector peruano: la más importante es, sin duda, el silencio malicioso y sistemático con que lo rodea la prensa reaccionaria del país. ¡Tarea inútil será buscar en las columnas de los grandes rotativos el nombre de Valcárcel, una alusión a su persona, un comentario a la línea artística de su producción, una reseña bibliográfica sobre un libro suyo recién aparecido! El futuro historiador de nuestras letras se sorprenderá de este silencio. Nosotros, que conocemos la causa de este silencio (¿Qué otra sino el temor a que el mensaje revolucionario de Valcárcel se propague?) venimos a romperlo con pruebas fehacientes en la mano. ¡He aquí la obra de poemas, teatro, novela, ensayo!.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
Juegos Florales Universitarios
POESÍA
Efectuada la selección respectiva, convinimos en otorgar el Primer Premio a los poemas reunidos bajo el titulo de Extensión y Deleite de Tortura y suscritos por "Lucifer", seudónimo que resultó corresponder al señor Gustavo Valcárcel, alumno del Segundo Año del Colegio Universitario. Trátase de un conjunto de doce sonetos de muy fina expresión y agradable musicalidad; todos ellos lucen una notoria riqueza de imágenes, que vierte en los rigurosos moldes de sus estrofas la moderna sustancia, propia de una poesía fluida y su-gerente, desarrollada en torno del matiz y las transiciones sutiles y en la cual las diversas tonalidades de la emoción, hasta la amargura misma, cobran luz y mesura de perfecta serenidad y seguro equilibrio.
Cabe añadir que el nombre de Gustavo Valcárcel está ligado a otra composición poética cuya singular calidad no ha pasado inadvertida. Dicho alumno ha presentado, en efecto, una Elegía a César Vallejo, de positivo mérito. La componen seis poemas de positivo mérito y bien entremezclados ritmos, en los que la inspiración del autor brota a orillas de la nostalgia y la angustia, exteriorizándose en más vigoroso lenguaje.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
Manuel BELTROY–Rodolfo LEDGARD–Augusto TAMAYO VARGAS–Estuardo NÚÑEZ–Alcides SPELUCÍN
Cabe añadir que el nombre de Gustavo Valcárcel está ligado a otra composición poética cuya singular calidad no ha pasado inadvertida. Dicho alumno ha presentado, en efecto, una Elegía a César Vallejo, de positivo mérito. La componen seis poemas de positivo mérito y bien entremezclados ritmos, en los que la inspiración del autor brota a orillas de la nostalgia y la angustia, exteriorizándose en más vigoroso lenguaje.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
Manuel BELTROY–Rodolfo LEDGARD–Augusto TAMAYO VARGAS–Estuardo NÚÑEZ–Alcides SPELUCÍN
PALABRAS A MANERA
DE PROLOGO
(Fragmento)
Por Xavier Abril
DE PROLOGO
(Fragmento)
Por Xavier Abril
En las nuevas generaciones literarias del país, Gustavo Valcárcel es uno de los más seguros y diáfanos valores líricos. La poesía de Valcárcel es un mensaje matinal del hombre: descubre los sentimientos puros, las sensaciones inéditas del color y de la música, todo aquello que ofende lo cavernario de la especie, lo rezagado del instinto. Valcárcel aúna en su experiencia dos virtudes poéticas: la reflexión lapidaria a lo Quevedo y el dulce venero, sencillo y humilde, a lo Luis de León. Predomina en el norte de su voz el acento de aquel inmortal del idioma, enamorado de la vida y de la muerte enamorado. La celebración que hago de la poesía de Valcárcel se justifica por su anuncio y por su promesa de desarrollo. Lo que lleva escrito hasta ahora da derecho a pensar en su magnífico porvenir si sigue siendo fiel a los dictados de la vida, de la emoción y del arte, en la misma forma insobornable como actualmente se produce, sordo al ataque interesado como al estruendo del elogio fácil. El poeta ha iniciado su tarea de intérprete del mundo porque expresa en primer lugar al hombre, más que a cualquier otro problema circunstancial como la geografía o el paisaje del país.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
De Confín del tiempo y de la rosa
Lima, 1948, UNMSM
Lima, 1948, UNMSM
De Poemas del Destierro
México, 1956. Ediciones AMERICA NUEVA
México, 1956. Ediciones AMERICA NUEVA
* * * * *
GUSTAVO VALCÁRCEL
LA PRISIÓN
(Fragmento)
LA PRISIÓN
(Fragmento)
I
LA PRISIÓN Y LA MUERTE
Vapor del Norte, diez palos. Vapor del Norte, diez palos, diez palos –gritan en el primer piso con manifiesta alegría.LA PRISIÓN Y LA MUERTE
–Compañero Almagro: Vapor del Norte.
–Voy.
–¡Qué significa eso?
–Diez nuevos presos políticos. Si hubieran gritado: «Vapor del Sur», se habría tratado de presos comunes. Iré a ver a quienes traen.
(…)Hace quince minutos que ha perdido el conocimiento, se extraña entre los muros la picardía de su ronca voz dicharachera. Un soplón sube, observa y diciendo que va informar, se aleja. Los segundos pasan y Petronio vuelve en sí. Los dos que están con él lo acuestan en el suelo, sobre unas mantas raídas; abanican, con papel de periódico, el duro rostro apergaminado. Le humedecen la frente. Le cogen las muñecas. Le descubren el pecho, abriéndole su camisa de dril, desteñida y sin cuello. Vuelve la oreja de Launzarán al lugar del corazón. Insiste en lo del pulso. Nos mira, con la angustia rebalsando sus pupilas. De repente, con los ojos aguados por las lágrimas, anuncia, seco y tajante: ¡ha muerto! Todos penetran en la celda. Yo me quedo en el pasadizo frente al grupo humano. Estoy mudo, estático, con la garganta sequísima de oprobio. Ha muerto.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
Conversación con el poeta Juan Carlos Lázaro
sobre la obra de Gustavo Valcárcel
La Prisión, novela de Valcárcel,
sobre la obra de Gustavo Valcárcel
La Prisión, novela de Valcárcel,
un poeta del pueblo
Entrevista de Rosina Valcárcel
(...)
¿Cuáles serían sus principales cualidades?
-Paradójicamente, son las que el propio Valcárcel subrayó como deficiencias en una «advertencia» de las ediciones posteriores a la primera. Ahí se autocritica la «recargada e innecesaria incidencia en lo sexual» y «un regodeo con la temática irreal, fantástica u onírica». Pero, sin estas cualidades, estoy seguro, La prisión se perdería como novela. Entonces hay que entender que el Valcárcel que criticaba al novelista era el militante marxista-leninista, no el escritor.
¿Quieres decir que la militancia comunista está reñida con la literatura?
-Nunca debió estarlo, pero lamentablemente así sucedió durante mucho tiempo. Fue la obra del estalinismo, esa deformación del socialismo marxista del siglo XX, que sólo valoraba a la literatura si se presentaba como propaganda de su ideología. Interesadamente se olvidó que en la tradición socialista, la literatura y el arte se consideran las más altas expresiones de la libertad creadora del ser humano. Una izquierda renovada, democrática y moderna debe retomar la tradición humanista del socialismo y hacer de la defensa de la libertad su principal bandera.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
-Paradójicamente, son las que el propio Valcárcel subrayó como deficiencias en una «advertencia» de las ediciones posteriores a la primera. Ahí se autocritica la «recargada e innecesaria incidencia en lo sexual» y «un regodeo con la temática irreal, fantástica u onírica». Pero, sin estas cualidades, estoy seguro, La prisión se perdería como novela. Entonces hay que entender que el Valcárcel que criticaba al novelista era el militante marxista-leninista, no el escritor.
¿Quieres decir que la militancia comunista está reñida con la literatura?
-Nunca debió estarlo, pero lamentablemente así sucedió durante mucho tiempo. Fue la obra del estalinismo, esa deformación del socialismo marxista del siglo XX, que sólo valoraba a la literatura si se presentaba como propaganda de su ideología. Interesadamente se olvidó que en la tradición socialista, la literatura y el arte se consideran las más altas expresiones de la libertad creadora del ser humano. Una izquierda renovada, democrática y moderna debe retomar la tradición humanista del socialismo y hacer de la defensa de la libertad su principal bandera.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
Nota Bibliográfica de “La Prisión”
Por Carlos E. Zavaleta
Por Carlos E. Zavaleta
Letras, UNSM,1960.
(...) La Prisión, que en 1951 apareció en México, "cuando yo militaba todavía —dice Valcárcel— en las filas del Partido Aprista Peruano". La explicación leída en una "Advertencia" subraya, sobre todo, los defectos que su índole de partidario político puso en la novela, la cual, no obstante, es de nuevo publicada porque ella "encierra una seria y veraz —repito, veraz, añade Valcárcel— denuncia de lo que fueron, por largos años, las prisiones políticas del Perú. En segundo término, porque dicha denuncia se extiende, aunque algo difusa, contra las clases y castas explotadoras que aún hoy oprimen a mi Patria" (...) Si bien la denuncia contra la clase que domina el país no va más allá de unos diálogos, en vez de encarnar en un valioso argumento, la otra denuncia contra el caos y el vicio de las cárceles, innegables hoy por sus bárbaras repeticiones, propias de un campo de concentración todavía no clausurado, transforma la novela en un documento revelador del atraso y primitivismo de algunas autoridades, amén del atraso y primitivismo de los bajos estratos sociales del Perú, de donde surgen los llamados delincuentes comunes.Hasta aquí la intención del escritor se cumple. Pero una noble protesta no engendra, sin más, una novela.(CONTINUA EN ARCHIVO ADJUNTO)
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